Radiofrecuencia
Está indicada en casos de relajación cutánea de los tejidos faciales, sea ésta leve o moderada.
La energía de la radiofrecuencia calienta el colágeno de las capas internas de la piel, provocando que sus estructuras más profundas generen de nuevo y que, posteriormente, se tensen. De esta manera se consigue reducir los signos de envejecimiento elevando los pómulos, definiendo el óvulo facial y mejorando el cuello y el escote.
Sus efectos son progresivos y se complementan con otras técnicas para que el resultado sea más duradero.
La sesión es de una hora aproximadamente y, al terminar, la persona podrá reemprender su actividad cotidiana. El intervalo entre las sesiones acostumbra a ser de un mes.